martes, 31 de enero de 2012

Las trevesías de Lexa y Hina. 1


Parte l

[Hace dos años]
RECÁMARA
VOZ: Hina… Lexa… Despierten es hora de desayunar.
LEXA: ¿Qué?... Uhm, es muy temprano, déjanos dormir más.
HINA: Si, Lexa y yo nos desvelamos mucho ¿Podemos ir a desayunar un poco más tarde?
VOZ:Por supuesto hijas, descuiden… Descansen.
[2 horas después]
LEXA: Ya tengo hambre, ya me voy a levantar para desayunar. ¡Hina!¡Hina! Despierta, ya es muy tarde, tenemos que comer algo.
HINA: Déjame dormir más, en serio estoy muy cansada.
“Lexa se levantó de su cama, aturdida por su exceso de descanso, caminó zigzagueando hasta salir de la recámara. Llegando a la cocina Hina vio a su abuela, Burn, sentada en el comedor, disfrutando de una taza de té; un té con olor mareante…”
COCINA
BURN: Buen día pequeña Lexa, ¿gustas que te corte los dedos esta mañana?.
LEXA: Claro que no, tengo hambre. Mi mami nos despertó hace rato para que viniéramos a tomar el desayuno… Pero nos quedamos dormidas, Hina y yo.
BURN: Vaya, es algo tarde ya, me he acabado todo el desayuno. Si quieren sobrevivir el día de hoy pueden comer de mi vómito o excremento… O comprar esperar a que su madre vuelva de comprar pan.
LEXA: ¿Así  que fue a comprar pan?
BURN: Vaya, es algo tarde ya, me he acabado todo el desayuno. Si quieren sobrevivir el día de hoy pueden comer de mi vómito o excremento… O comprar esperar a que su madre vuelva de comprar pan. Te amo. Nieta tengo ganas de matarte, abrázame  para sentir tus pechos junto a los míos. Es decir… Sí, fue a comprar pan hace casi un par de horas.
LEXA: ¿2 Horas? Es mucho, ¿tienes idea de por qué se esté pudiendo tardar tanto mi mami en ir a comprar pan?
BURN: Imagino que no llevó dinero, y pues tu sabes, tendría que pagar el pan con otra cosa.
LEXA: Hmm… No sé abuelita. ¿Con qué podría pagar el pan que no sea dinero?
BURN: Con algo que los hombres piensan mucho. Algo que piensan cuando ven a una mujer atractiva.
LEXA: ¿En la forma de golpearla?
BURN: Sí, digo no. En coger. Pagará cogiendo.
LEXA: ¡Ah!, ¡Mi mami no podría hacer eso! Ella no es una zorra que presta su cuerpo a cualquiera, ¡la estás insultando abuelita!
BURN: ¿De qué coño estás hablando?
LEXA: Pues de … de… de que tú dices que mi mami… mi mami… mi mami hará el amor con el panadero para pagarle el pan.
BURN: ¡Pero qué depravada eres nieta! ¡¿De dónde haz sacado esa idea tan pervertida del significado coger?!
LEXA: Yo sólo decía, no sé, Hina me dijo que eso significaba.
BURN: Bien, violaré a Hina. Yo me refería a que tu madre podría coger piedras para pagar al panadero. Hace  unos días hubo un derrumbe en la panadería, muchas piedras quedaron obstruyendo el camino y cogerlas y retirarlas de allí le serviría.
HINA: Abuelita, ¿qué está pasando?
BURN: ¡Coño! Me has asustado, debería golpearte por enseñar vulgaridades a tu hermana, pero creo que el susto que me diste me quitó la excitación.
LEXA: Hina, nuestra mami fue a comprar pan; pero ya se tardó mucho. ¿Tú sabes a dónde pudo haber ido mi mami o por qué se esté tardando en regresar?
HINA: ¿A comprar pan? Eso es imposible, ayer en la noche mamá fue a la panadería a comprar el pan porque el panadero le dijo que no haría pan hoy.
“La intriga se apoderó de las músculos faciales de Hina y Lexa, mientras que Burn no pudo controlar sus espasmos naturales en sus órganos reproductores; el bajón de sangre que cada ciclo lunar se hace notar, engendró de la entre pierna de Burn. La ropa interior de Burn no tuvo oportunidad de detener tal  fluido carmesí. La sangre floreció hasta exclamar su presencia la blanca vestimenta de Burn.”
HINA y LEXA: ¡¿Pero qué te pasó abuelita, estás bien?!
BURN: Sí, tranquilas, sólo fue falta de precaución; pero descuiden, esto significa que estoy feliz… Ya lo entenderá cuando crezcan.
HINA: Si tu lo dices abuelita… Entonce, vayamos a buscar a mami,
“Sin cambiarse su atuendo, Burn fue con sus nietas, por primera vez en busca de la madre… la hija.  Buscaron con empeño; por primera instancia se encargaron de buscar en la casa, cada cuarto, cada pasillo, cada rincón; revisaron los alrededores de la casa, los parados, las casas vecinas; por último buscaron en donde se suponía era la panadería, al pie de una montaña, obstruida por rocas y piedras qué hacían de guardianes en la ausencia del panadero.”
AFUERAS DE LA PANADERÍA
HINA: Este lugar es un asco y ni rastro de mi mami.
LEXA: Ya extraño a mi, ¿Dónde puede estar? Espero que esté bien.
BURN: Lo está, sabe cuidarse sola. Ya casi será la una de la tarde y su madre no aparece. Nadie ha dicho verla.
HINA: ¡Ya sé! Vayamos a esa tienda de antigüedades que nuestra mami suele visitar cuando está pensativa.
LEXA: ¡Sí! Yo sé donde queda.
BURN: Genial, podré presumir la hermosa flor sangrienta impresa en mi vestido a más personas.
“Fatigadas y con la esperanza revolcando en sus corazones, las niñas corrían sin cesar para encontrar lo que pudiese ser una pista; no habían encontrado nada y la tienda de antigüedades era prometedora para encontrar tal cosa.”
TIENDA
LEXA: Señor, ¿ha visto a nuestra mami hoy por la mañana?
DINOBLAZZER: Lo lamento niñas, definitivamente no he visto a su madre, ¿saben por qué? Ustedes son las primeras visitas que esta tienda ha recibido desde hace una semana; las ventas son nulas. El invierno nos abofetea con su saludo de ventiscas frías, cual si fuese a desterrar al humilde otoño que nos daba alfombras de hojas secas. Pronto la navidad me levantará las ventas, lo aseguro.
BURN: Joder ya cierra la boca, tus palabras son tan interesantes como la vida sexual de una piedra.
“Con la decepción azotando sus ánimos, las tres regresaron a casa sin haber encontrado una sola pista, un rastro ni una sola idea de lo que pudo haber pasado con su madre, su hija…
[Ha desaparecido, sin dejar rastro alguno]

No hay comentarios:

Publicar un comentario