miércoles, 26 de enero de 2011

Burn y el extraño mundo de Orgas cap.06



Capítulo 6
"Recuperando la consciencia"

La habitación ya estaba en llamas, el calor era infernal y no había una salida aparente. Mely estaba malherida, al parecer entre todo ese caos había sido alcanzado por alguno que otro ataque de las personas. Todo el ambiente era sofocante. Mely se desmalló y cayó a los píes de Burn

Nuestra protagonista estaba bastante desconcertada, no sabía qué hacer. Con todo ese caos, el cansancio y el peligro de las llamas y la demencia compartida, era demasiado riesgo tratar salvar a Mely, así que, optó por dejarla morir ahí. Burn buscaba y buscaba la manera de salir de esa habitación, pero el tiempo se le acababa, sentía mucho calor, estaba agotada, cansada y escuchaba muchos desconcertantes gritos y ruidos. Lo mejor que pensó fue esconderse bajo la cama, ya que por alguna razón parecía no incendiarse. Desesperada pero con cautela, corrió a esconderse logrando llegar bajo la cama sin ningún problema. Ya estando allí, se decidió por esperar a que algún afortunado evento ocurriera y que ella pudiese sobrevivir. Pero al poco tiempo empezó a escuchar voces, cada vez más claras, todo empezó a dar muchas vueltas, sentía náuseas, estaba sudando, su vista se obscurecía... sentía que moriría. Las voces que escuchaba Burn ya no eran tan difusas y el ruido se iba opacando. Aquellas voces eran femeninas, y le resultaban familiares, pero no sabía por qué.

Cuando su vista se opaco completamente, de pronto fue como despertar de una horrible pesadilla, sin embargo, aún sentía aquellas otras sensaciones de malestar. Las voces, ahora claras y suaves decían: “BurnBurn, reacciona abuelita”

Entonces, Burn, intrigada y confundida notó que seguía bajo la cama, pero nada se estaba incendiando, ni había caos fuera de su escondite. Así que salió de bajo la cama y vio a sus nietas que creía desaparecidas.

-¿Abuelita estás bien? –Preguntaron al mismo tiempo las niñas.
-Ehmm, sí, eso creo –dijo Burn confundida-. ¿En verdad son ustedes?, ¿son mis nietas Hina y Lexa?
-Si abuelita, somos nosotras –contestaron entusiastamente.
-¿Pensé que habían muerto?, díganme como llegaron aquí, díganme que está pasando –preguntaba Burn
-Vamos abuelita, tienes que recuperarte, pareces cansada y desorientada –dijo Lexa-.
-Si abue, ya habrá tiempo para contarte todo lo que desees, vamos –concluyó Hina.

Después de esta breve charla, las niñas llevaron a Burn hacia el comedor. Burn notó que la habitación en donde despertó era demasiado similar a la de su sueño; sin embargo, parecía no haber rastros de que algo hubiese ocurrido en realidad. Durante el recorrido, notó que se encontraba en la casa a la que había llegado, pero no quiso hacer demasiadas teorías hasta que sus nietas le aclararan las dudas.

Al llegar al comedor; el cual estaba en el piso de abajo, cerca de donde se desmayó; notó que el caballeroso hombre de aproximadamente 1.68 m de estatura estaba sentado, como si las estuviese esperando, y al verlas llegar se levantó y dijo:
-¡Alegrada sea nuestra noche!, ya que la bella dama ha recuperado su cordura y nos honra con su grata presencia. 

Burn permaneció callada y el caballeroso InfernalDragon prosiguió:
-Noto que estás algo confundida, mi estimada, pero no tema, ya que usted se desmayó por respirar ese nauseabundo y alucinógeno olor de aquel bulto de la entrada. Lo que pasa es que últimamente hemos estado siendo molestados por unos traviesos bandidos que vienen a dejarnos regalos algo desagradables; al parecer, esta vez nos dejaron un cadáver con gas alucinógeno. Ya lo habían hecho antes, y los efectos de la droga me habían tomado por víctima: me confundió y me hizo alucinar, me perdí por el bosque, inconsciente y vulnerable de todo el peligro de los alrededores, pero gracias a estas niñas sobreviví. Ellas me encontraron alucinando junto a un barranco, follando a un enorme pez minero y a una mapache que al parecer tenía un bigote, creo que era una mapache mexicana. Las niñas notaron mi mal estado y me ayudaron a regresar a casa. Ellas no tenían refugio, han estado buscando a su madre por muchos lados, así que les prometí que las ayudaría a buscarla y mientras les daría refugio.
-Así es abuelita –dijo Lexa -, nosotras hemos estado buscando a nuestra madre, hemos viajado por muchos lugares y conocimos al conde Darkconi.
-Si abue –continuó Hina -, él fue quien nos dijo que nuestra madre se encontraba por estos bosques suyos, al parecer la conocía. Así que por eso venimos a este bosque. Además el señor Infernal tiene más huéspedes aparte de nosotras; aunque no los conocemos, se la pasan encerrados en sus habitaciones. Parece que uno de ellos tiene muchos relojes, cuando paso junto a su habitación escucho tic tacs y ruidos de maquinaria.

-Ciertamente mis queridas huéspedes –dijo Infernal con gentileza -, uno de ellos tiene un laboratorio donde realiza muchos experimentos y el otro creo que perdió la cordura, es algo esquizofrénico. Ninguno de los dos sale mucho y cuando vienen a comer o a hacer alguna otra actividad, es cuando ustedes duermen o no están. Ellos son bastante solitarios. Pero basta de charlas y empecemos a cenar. ¡Andrea!.

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